Nuestra clase acaba de apadrinarlo y desde allí nos han mandado su foto. Como tiene al lado un polluelo, suponemos que es su hijo. Los niños y las niñas eligieron su nombre. Se llama NEVE y el pequeño, COPITO.
A cambio, toda la clase se comprometió a esforzarse todo lo posible por cuidar el planeta para que todos los seres vivos, y en especial, estos pingüinos, puedan vivir felices, sin que se destruya su ecosistema natural.
Éste es el diploma oficial que nos manda el Ejército Español desde su base en la Antártida y que acredita que somos los padrinos y madrinas de NEVE.